Los daños que el alcohol puede ocasionar pueden clasificarse en:
· Orgánicos.
Transcurridos pocos minutos tras la ingesta del alcohol, éste pasa al torrente sanguíneo donde puede llegar a mantenerse durante varias horas y desde el cual ejerce su acción sobre los diversos órganos del cuerpo.
El etanol afecta a todo el organismo, sin embargo uno de los órganos más perjudicado es el hígado; éste cumple con la misión de transformar el alcohol en otras sustancias que no resulten peligrosas para el sujeto, pero tiene una capacidad limitada: puede metabolizar entre 20 y 30 gramos de alcohol por hora y mientras tanto la bebida circula por la sangre dañando al resto de órganos por los que pasa.
En contra de lo que pueda creerse, el alcohol no es un estimulante del Sistema Nervioso Central sino un depresor del mismo, pues a la sensación inicial de euforia y desinhibición, le sigue un estado de somnolencia con visión borrosa, incoordinación muscular, aumento del tiempo de respuesta, disminución de la capacidad de atender y comprender, fatiga muscular, etc.
El consumo excesivo de alcohol produce acidez de estómago, vómitos, diarrea, descenso de la temperatura corporal, sed, dolor de cabeza, deshidratación, etc. Si las dosis ingeridas han sido muy elevadas - caso de intoxicación etílica aguda - puede inducir depresión respiratoria, coma etílico y ocasionalmente la muerte.
El consumo crónico conlleva alteraciones de diversa naturaleza:
· Cerebro: degeneración y atrofia.
· Sangre: anemia, disminución de las defensas, etc.
· Corazón: alteraciones cardíacas (miocarditis).
· Hígado: el alcoholismo es una de las principales causas de hepatopatía que suele manifestarse en forma de hepatitis o cirrosis.
· Estómago: gastritis, úlceras, etc.
· Páncreas: inflamación y degeneración.
· Intestino: trastornos en la absorción de vitaminas, hidratos y grasas que provocan cuadros carenciales.
· El consumo habitual por parte de la mujer embarazada puede dar lugar al llamado síndrome alcohólico - fetal, caracterizado por malformaciones, bajo coeficiente intelectual, etc.
· Se trata de una droga capaz de originar tolerancia y dependencia, tanto física como psicológica.
La retirada del alcohol en el paciente consumidor suele desencadenar un aparatoso síndrome de abstinencia que requiere atención médica de urgencia. Los síntomas son: entre las doce y dieciséis horas consecutivas a la privación de la bebida aparece inquietud, nerviosismo y gran ansiedad. Varias horas después, pueden presentarse calambres musculares, temblores, náuseas, vómitos y una gran irritabilidad. A partir del segundo día de abstinencia surge el denominado "delirium tremens" caracterizado por una clara confusión mental, aparición de delirios y alucinaciones, fuertes temblores, etc.
Muchos alcohólicos presentan la denominada tolerancia negativa: es suficiente una pequeña cantidad de etanol para que queden completamente ebrios.
· Psicológicos.
El alcohol afecta a los centros superiores del cerebro o, lo que es lo mismo, a los sentimientos, reflexión, memoria, atención y control social.
Es un depresor del Sistema Nervioso Central; actúa bloqueando el funcionamiento del sistema cerebral responsable de controlar las inhibiciones. Al verse éstas disminuidas el sujeto se siente eufórico, alegre, con una falsa seguridad de sí mismo que le puede conducir en ocasiones a la adopción de conductas temerarias.
La ingesta excesiva produce falta de coordinación, lentitud en los reflejos, vértigo e incluso visión doble y pérdida de equilibrio.
La irritabilidad, el insomnio, los delirios de celos o de persecución son algunas de las alteraciones que con frecuencia sufren los consumidores crónicos de esta droga. En los casos más graves, se produce encefalopatía con deterioro psico-orgánico (demanda alcohólica).
· Sociales.
En el núcleo familiar, el alto grado de alcoholismo produce la pérdida de responsabilidad, desestructuración, aparición de crisis, malos tratos, etc.
La inestabilidad, el absentismo laboral y el aumento de accidentes constituyen una muestra de los múltiples contratiempos que vive el paciente alcohólico en el ámbito profesional.
En el plano social, el abuso de alcohol se asocia a conductas delictivas, alteraciones del orden y suicidios.
Los accidentes de tráfico merecen mención especial: un altísimo porcentaje de los mismos guarda relación directa con el consumo de alcohol. De esta manera se producen más muertos/día que con cualquier otra droga; entre los jóvenes, en concreto, es la primera causa de mortandad.
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